¿Qué
es la oración?
La oración
es una manera de tener comunión con el Padre, es acercarnos a El, platicar con
él, contarle nuestras necesidades, nuestras inquietudes, ponernos a cuentas con
él, en pocas palabras es el principal barómetro para medir la calidad de
nuestra relación con Dios.
Una de las
principales metas de la vida cristiana es alcanzar la intimidad con Dios en la
oración, ya que sólo manteniendo una íntima relación con el Padre
experimentamos perdón, renovación y poder para una vida recta. Únicamente en
esa estrecha relación con Dios podemos oír su voz, conocer su voluntad y
comprender su corazón. Y este acercamiento a Dios requiere tiempo.“Orad sin
cesar”.
Dios
habla conmigo y yo con El, debemos acostumbrarnos que el orar no solo es pedir
y pedir, sino también es callar y escuchar en lo secreto de nuestra habitación
la voz de Dios y aprender a esperar en El La oración es hablar con Dios Dios
siempre quiere escucharles cuando usted ora.
Usted
puede hablarle en oración como si está conversando con un buen amigo personal,
usando su vocabulario diario. No es necesario usar palabras especiales. Dios le
entiende y se preocupa por usted, por sus sentimientos y por lo que ocurre en
su vida.
Él tiene
contado hasta el cabello (que tiene o se le ha caído) de su cabeza; si Él ve a
cada ave que cae al suelo ¿cuánto más valor tiene usted para Él? Dios le ama y
quiere que usted hable con Él. Él le escucha cuando usted ora. Dios se interesa
por el más complejo detalle de su vida. Aunque Dios ya sabe lo que está
ocurriendo en su vida, a Él le da gran placer cuando usted decide compartir sus
sentimientos, pensamientos y problemas.
Él no
solamente quiere escucharle, sino que usted le escuche Él también. Jesús enseñó
a sus discípulos como orar. Esta es la oración que Él les enseñó a orar: “Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro
de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque
tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo
6:9-13). Jesús no pretendía que nosotros usáramos exactamente las mismas
palabras de esta oración, Él nos la dió como una pauta.
Esta
oración incluye muchos elementos. Honra a Dios, y muestra reverencia a Su
nombre. Expresa nuestro deseo de que Su voluntad sea hecha en vez de la
nuestra. La oración también conlleva la provisión a nuestras necesidades, y
reconoce que necesitamos el pedir perdón y para poder recibirlo debemos
perdonar a los otros.
Esta
oración reconoce la existencia del mal, y pide por nuestra liberación. Concluye
con alabanza y adoración a Dios. La oración dirigida por el Espíritu abre
camino para que las bendiciones del reino de Dios vengan a la tierra con
sanidades, liberaciones, salvación, santidad, compasión por los pobres y los
oprimidos, y el fruto del Espíritu. Sobre todo, Dios es glorificado, adorado y
alabado.
En la
oración de guerra descubrirás que utilizar la oración como un arma significa
alcanzar con mayor efectividad a los perdidos. Aprenderás lo que se requiere
para salir, como un guerrero informado y preparado, a combatir contra las obras
del demonio.
A través
de la oración vas descubriendo una dimensión enteramente nueva a la que nos
enfrentamos los creyentes diariamente. Es cierto que Dios está equipando a sus
santos con una estrategia nueva, muy específica basada en las Escrituras, para
destruir las fortalezas de Satanás en esta turbulenta época. Estamos en
vísperas de lo que para muchos es el movimiento de oración en el siglo XX
prepárate para que participes en la batalla de oración.